miércoles, 13 de abril de 2011

Johnny sale de paseo.


CARTEL POLACO DE: EL DIABLO SOBRE RUEDAS, DE SPIELBERG.


Hay veces que rocías con spray a una cucaracha y ésta, en vez de huir, se dirige hacia tus pies. Algo así me pasó hace poco con una pobre señora, que entendió mi adelantamiento por la derecha como símbolo de atraco o estrangulamiento. Ella iba empujando un carrito de bebé, posiblemente su nieto, y se aterró profundamente en el momento de mi avance. La secuencia se repite constantemente en las ciudades, una persona con paso firme va acercándose por detrás a una viejecita indefensa, y él mismo va pensando que esa viejecita se va asustar porque va a notar como alguien se le acerca únicamente en el momento en que esté muy cerca. Es un choque de energías contrarias, una sinergia rara de estados mentales entre ciudadanos. Bien pues este caso que expongo, el de esta señora con el carro de bebé, fue el más extraño de cuantos me han pasado. Cual insecto en estado de schock, la señora no supo huir hacia la salvación, sino que huía constantemente hacia mi. Me buscaba, me seguía temerosa, siempre delante, corriendo lo más rápido que podía. Intenté despistarla, desviar mi trayectoria, pero siempre me volvía a encontrar a la señora a veinte, treinta, cincuenta metros delante de mi, paseando su miedo.


Al cabo de un buen rato de no saber qué hacer, me senté en un banco público, sabía que si entraba en un bar o en una tienda, ella me esperaría, si subía a un bus ella se subiría, empezaba a coger conciencia de un problema a medir en Sieverts. Bien pues desde ahí observé a la anciana, que su vez me observaba aterrada, con la intención de salir corriendo cuando yo me levantara, salir corriendo hacia la dirección en que yo me fuera a dirigir. Me vinieron a la cabeza dos películas: El Diablo sobre ruedas, por la hermandad en el castigo Psicológico sufrido, y Johnny cogió su fusil, la idea que en el carrito fuera Johnny pensando en sus cosas, me pareció muy macabra pero me cuadraba en ese momento. Me centré de nuevo, si salía escopeteado hacia el lado contrario, esa mujer debería hacer un sprint jamaicano, por lo que podría darle algún ataque grave, sería culpable en mi consciencia de asesinato involuntario. Menos mal que todo siempre tiene una solución, sino estaríamos todavía en ese Ceda el Paso eterno, o esperando al avión con retraso indefinido, pues bien, otro joven pasó cerca de la mujer, por lo que ésta volvió a asustarse, todo fue muy repentino, muy técnico, y se creo una nueva dinámica de agresor-fugitivo Vs agredida-perseguidora. Era un chico ágil y sano, no le costaría mucho encontrar una solución física al asunto. Qué fácil se ve siempre todo desde fuera.

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