viernes, 28 de mayo de 2010
Abre los ojos
Fotografía: Richard Avedon.
Escribir sin la wikipedia a mano es muy incómodo, la distancia que hay entre ella y la enciclopedia Plantea de Agostini es la que hay desde mi codo a Urano, así que me lo invento todo y ya está.
Bien, tengamos en cuenta el periodo de la evolución en que los seres pluricelulares pasaron a ser “animales”. La capacidad para relacionarse con el entorno debió ser más exigente cada vez, no sé cuáles fueron los primeros sentidos que aparecieron en aquellos seres, supongo que el tacto, el gusto, el oído… me figuro que la vista, dada su complejidad, debió ser el último en aparecer. ¿Qué vio ese primer individuo?, llamémosle Pioneye, ¿cuál fue la primera imagen de la historia del planeta tierra?. Seguramente debió ser un individuo de su misma especie, aunque a lo mejor fue cualquier otra cosa. ¡Qué gran ventaja obtuvo en ese momento!, pero... ¿debió saber que eso que veía era su entorno?, ¿quizá pensaría que era algo que estaba imaginando?, antes de poder ver se presupone que puedes imaginar, aunque sea un mínimo, porque sino, una vez que ves, tu cerebro no podría almacenar y distribuir las imágenes que se están viendo en ese momento hasta llegar al recuerdo, parte fundamental de la imaginación. A lo mejor hubo un momento de desajuste, lo que veía era lo que sucedía tres segundos en el pasado, y nosotros vemos así también, en fin da igual.
La naturaleza usó a Pioneye de prismáticos para ver lo que había creado hasta entonces a ciegas. Debió ver peces, algas, medusas, potenciales Yetis alrededor, ya que todo sería desconocido, esquivo y fascinante. Desde ese primer instante Pioneye debió establecer qué era lo que le gustaba y qué no, hacia dónde ir, cómo escapar de los depredadores ciegos, cómo cazar sus propias presas…
Ahora la sociedad evoluciona directamente influida por esa estética que Pioneye ya tuvo en cuenta, aunque guiada por otros parámetros. Hoy en día toda la convergencia de sinergias planetarias tiende irremediablemente hacia lo bello, el hoyo 18 de la creación eterna nos presenta a “los guapos” como la meta donde embocar tu semilla, incluso yo, que soy fruto irremediable de Pioneye, igual que todos, intento tender hacia ello.
Entonces ¿será el ser guapo la finalidad por la que la naturaleza nos dio ojos?, es posible, pero más que la finalidad, me da que será el fin. Me explico: En diferentes planetas de diferentes universos se empezó a la vez un mismo proyecto, diferentes naturalezas acordaron crear la vida a su manera, buscando su obra magna de una forma entretenida, con la meta de comparar productos. Ninguna sabe de momento como van los demás mundos, pero no queda mucho para que se pongan las cartas encima de la mesa. Aquí la naturaleza dotó a Pioneye de ojos, colocando el último ingrediente hacia la evolución completa, comenzaría el lento ejercicio de juntarse con el más guapo posible, y embellecer así la obra final.
Luego… ¿serán los extraterrestres árbitros de esta carrera interplanetaria?, sí, y diré más, ya hubo un suspenso a la naturaleza, alguna regla se violó y se echó abajo el primer gran proyecto denominado “Los dinosaurios”, así que tocó volver a empezar casi de cero.
Una vez llegado aquí coincidiremos en que a todos los humanos se nos dotó de inteligencia, que uno la use o no es cosa suya, pero lo que le falta a este proyecto 2.0 es pulir el hardware, en definitiva, que todos seamos guapos. Dicha peculiaridad no se ha dado en nuestra especie, aunque sí en otras como pingüinos o tigres, dónde todos son igual de bellos. De ahí entonces, deduciremos la presencia de los cuerpos esculturales en las revistas, que poco a poco el cerebro ha ido aceptando, como un silencioso caballo de Troya que nos ha colado nuestra creadora, para poder terminar de una vez por todas su obra. Ese paradigma de gente sana, fibrada, comiendo manzanas mientras ella nos mira con cara orgullosa... qué más le dará el amazonas o los polos, eso sólo era una especie de examen para eliminar materia, pruebas empíricas de su capacidad para generar belleza en otros ámbitos de la creación, ¿creéis que le importa toda la destrucción de la fauna y flora?, las guerras, la polución… ¡qué va!, es una muestra más de la inventiva de su producto final, una proyección rompedora y vanguardista de su personalidad en dicha obra, y que mostrará satisfecha a los demás.
Así que cuando llegue ese momento, cuando finalice el trámite de sublimación física total del ser humano, será la señal definitiva para entregar la obra, para inaugurar la inmensa galería de arte en la que giramos, que empezó con Pioneye y terminó en un futuro no muy lejano, con “Los Guapos”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Siempre me ha encantado esa fotografía.
Avedon para mí es el mejor fotógrafo de moda de alta costura, bueno supongo que de moda en general, hay otros como Helmut Newton o Jeanleoup Sieff, pero me quedo con Avedon, que además tiene unos retratos magníficos.
Usted siñor lobo-hombre ser un lobo-hombre muy guay, yo dar usted enhorabuena y decir escribir bien bien.
Gracias Sir Sinhor Foie, su foto y su gusto cinéfilo tienen muy buen aspecto, me tiraré en parapente en breve por encima de sus cosechas...
Publicar un comentario