miércoles, 24 de agosto de 2011

A los lobos...

Tokyo Noviembre 2009


Me aprovecharé del calor para excusarme en la no publicación de nuevas ideas, porque sólo se me ocurren situaciones de un escritor sudando. Así que me dedicaré a teorizar de forma breve sobre la fotografía, que me divierte mucho.

Particularmente me da igual si es una lomo, una cámara de placas, 25mp, leica M9-M8-MM, iphone, canon eos, o una Rolley, para mi lo importante es la foto. ¿Y en qué reside la foto? pues en lo que reside, y que hace este "arte" distinto a los demás, es que el 90% de todo está en el primer impacto, en la fuerza, en pasar la página de un libro y que surcan acueductos de colores y formas hasta el cerebro. Para mi, si la foto no tiene estética, composición, formas, luz, no tiene validez, y cuando a todo eso le dotamos de contenido, entonces ya es dónde tienes LA FOTO. A veces cuando la estética es titánica, entonces me da igual el contenido.

En la publicidad o en la moda, como la foto no tenga fuerza, la campaña se va al traste. Esa es la intención que les exijo a los fotógrafos de galería.

La opinión del fotógrafo ante su obra se va desvirtuando poco a poco, ya que éste la ha visto cuando la ha disparado, cuando la ha pasado al ordenador, cuando la ha estado trabajando, cuando la ha estado comparando, cuando la ha estado seleccionado, cuando la ha estado enseñando, así que ese primer impacto, se va perdiendo.

Hoy en día parte de la hemorragia de este mundo reside en el mimetismo ideológico dónde nos encontramos todos. Imágenes frías, serias, bulímicas, aburridas.

El otro día en la radio, un tipo defensor de la película y ganador de no sé qué premios habló sobre dos temas:

Defendió el revelado, por ser un proceso único, por tocar la fotografía, por tener el máster (negativo) y tirar la copia cada vez de nuevo. Para mí, hoy en día no tiene ni pies ni cabeza, tienes el formato Raw que sirve como original, puedes gestionar la exposición, el cromatismo, la saturación, incluso puedes reforzar el enfoque.

El otro postulado, es el que me hace más gracia de toda esta gente (lomeros, peliculeros, analogic-fans, vintage style) que es el del misterio, el de no saber qué te habrá salido, el de esforzarte por controlar la foto porque no es gratis, o sea, que prefieren hacer 2 o 3 fotos de una situación y ver lo que pasa, que tirar controlando 20 o 30 y ajustar al máximo la imagen.

La foto que he mandado a los lobos, en la parte de arriba, no es un ejemplo de nada, no es ningún paradigma ni mucho menos, sólo que si yo la viera, seguramente me llamaría la atención, qué contenido tiene, pues el que el autor (que soy yo ) le de. Quizá en una serie pueda colar como "personajes de la ciudad" como "enfermos del color"... pero la primera batalla, bajo mi más humilde criterio, la tiene ganada.

En fin, estos son mis principios, si no le gustan tengo otros (GM)





3 comentarios:

Osselin dijo...

Una foto es una foto- Hasta que va alguien y le da la vuelta al concepto. Como hizo Sergio Leone con el Western o Stanley Kubrick con la ciencia-ficción. Y eso que una peli era una peli.

el lobohombre dijo...

Fíjate como has tenido que irte al cine para ponerme ejemplos. Para mi, la fotografía es el primer impatco. El día que valore una foto sin fuerza entonces revisaré mi teorema, de momento, si le doy la vuelta sólo veo el reverso en blanco.

Osselin dijo...

Ejemplos de fotografia hay muchas pero todas tienen más de 40 años.

Pasa como con los grandes de la música pop, rock , jazz y blues. Los grandes conciertos a escala mundial los dan de mayores de 55 años. No hay relevo generacional.

La producción fotográfica de los últimos 12 años me dice muy poco, salvo honrosas excepciones como Salgado po citar sólo uno,