sábado, 8 de mayo de 2010

Los Universos paralelos de un Playmobil.




Hugh Everett III fue el científico propulsor del teorema de los infinitos universos paralelos. Por probabilidad, se dará la circunstancia de que uno mismo tendrá millones de clones viviendo en esos universos.

Camilo Pérez quiso hacer un experimento a raíz de ese teorema, creó un grupo en facebook llamado: Yo también tuve un playmobil bombero. Ese grupo, poco a poco, fue teniendo “amigos”. Al cabo de unos meses, cuando alcanzó los 80 miembros, Camilo propuso una reunión del grupo que estuvieran en su ciudad.

La reunión se celebró en la terraza de un bar céntrico, se presentaron seis integrantes, todos llegaron andando. Después de las presentaciones y de las peticiones de bebidas, cada uno sacó su muñeco.

Uno tenía la mano derecha rota y el pelo rubio, otro no presentaba ni ojos, ni boca, otro todavía estaba dentro de la caja, también había una edición limitada, con gadgets muy sutiles como linterna en el casco y hacha en la mochila, el más gracioso era el que estaba medio derretido, al haberse jugado la vida en una casa de juguete en llamas, y el último, tenía un balanceo muy sedoso, las piernas y los brazos llevaban encima muchas horas de rescates, el mecanismo del muñeco no daba para más.

Empezaron a hablar de las vivencias de cada uno de los muñecos, jugando con sus amigos y hermanos, de quién se los compró, del mundo playmobil, incluso se habló de la existencia del playmobil Dios. Camilo cogió a los seis y los colocó uno al lado del otro, en el centro de la mesa. Ahí los tenéis, dijo, genéticamente idénticos, clones perfectos que han estado viviendo en universos paralelos. Propuso que cada uno se llevara otro que no fuera el suyo, y así los pequeñines podrían viajar a un universo paralelo. Colgaron las fotos en facebook de aquella hazaña. Camilo dejó escrito en el muro que quién quisiera le enviara su playmobil, él iría juntándolos y reuniéndolos en el mismo espacio tiempo, luego enviaría a cada persona un muñeco que no fuera el suyo. Los viajes entre universos se multiplicaron, hubo más reuniones y gente de otras ciudades se sumó a los envíos. Durante un par de años el grupo se puso muy de moda.

Yo fui uno de los que estuvo en esa primera reunión, de los que vivía en la ciudad de Camilo, mi bombero era el que no tenía cara y lo cambié por el que iba dentro de la caja. Durante años lo tuve en mi estantería sin abrir. Nunca me apeteció volver a enviárselo a Camilo, me parecía una especie de Gagarin multiversal de los Playmobil. Pero poco a poco todo aquello dejó de tener gracia, incluso el mismo Camilo ya no daba señales de vida en el muro. Con la perdida de romanticismo decidí abrir la caja. Dentro había un playmobil bombero, tenía la mano derecha rota, linterna en el casco y hacha en la mochila, pelo rubio, ni ojos ni boca, medio derretido, y un balanceo muy sedoso, las piernas y los brazos llevaban encima muchas horas de viaje.

3 comentarios:

Ra dijo...

... y el papá de Eels :)

Ra dijo...

Sin ánimo de ir de listilla de la Wiki, es que me ha pillado tu post leyendo Cosas que los nietos deberían saber.

Saludo!

el lobohombre dijo...

Yo también lo estoy leyendo ahora, me encanta el libro!

Saludos!