jueves, 29 de abril de 2010
Vuelta a casa
Miro desde la ventanilla,
cubitos de hielo rojos se suceden,
la azafata me dice que cierre
que ahora pasarán un documental.
Mi compañero de viaje,
sentado a la izquierda,
bebe leche salvavidas
por si acaso.
Hacía tiempo que no viajaba,
aquello había cambiado mucho,
miré el reloj
me dio vértigo.
Empieza el documental,
se ve a unos aborígenes recogiendo racimos de bananas
con la camiseta de “ I love Wim Wenders”.
Voy al baño no aguanto más,
hay alguien dentro y espero,
la pestaña de la puerta pone:
“Voy al baño no aguanto más,
hay alguien dentro y espero”
donde en realidad debería poner
“Ocupado”.
Termino, tiro de la cadena,
se abre la tapa de la cañería y se ve un instante el suelo,
se cierra de nuevo.
al salir, la azafata me da una foto del trocito de suelo que he podido ver.
Vuelvo a mi sitio,
me pongo la mantita que me cubre
los dedos índice y pulgar de la mano izquierda,
pido otra para que me cubra los de la derecha,
me duermo.
Me despierto con el roce del carrito de películas pornográficas,
no aguanto más y abro un poco la ventanilla,
estamos sobre el mar
me parece ver submarinos de trigo
aguzo la mirada para saber qué se divisa a lo lejos.
La azafata me riñe de nuevo, cierro.
Me calzo todos los zapatos,
creo haber visto el skyline de placebo,
ya estamos llegando.
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