sábado, 29 de noviembre de 2008

Civilizaciones antiguas


El ronquido fue un experimento puesto en práctica por los tártaros, para asegurar que en los largos turnos de las parejas centinelas uno pudiera quedarse dormido, emitiendo un sonido desagradable, y así mantener despierto al otro centinela. Con una poción a base de especias y aromas todavía desconocidos (recientes estudios apuntan a la cresta de gallo como principal condimento) se potenciaba el sonido y así la seguridad del ejército. Todavía hoy en día, la mayoría de hombres mantienen esta práctica heredada genéticamente por aquella civilización.

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